sábado, 7 de julio de 2012

AZUCENA

El año pasado por estas fechas las azucenas por fin encontraron su lugar en el jardín y parece que no les fue del todo mal ya que este verano han repetido. Las de flor blanca, las que todos tenemos en nuestra mente han quedado un tanto eclipsadas por las variedades que se saltan a la torera  con sus mágicos tonos el concepto de pureza y misticismo recurrente en antiguas pinturas.
Y para acabar de romper esa forma  preconcebida nada mejor que dejarse caer a modo de tobogán por pétalos que sobrepasan los 18 cm. Si somos hábiles podremos esquivar brillantes y engañosas gotas de una melaza capaz de atraparnos y dejarnos inmóviles hasta ser bocado  de algún hambriento seis patas. 
Los colores se pueden ver  y también oir, así que ¡Cuidado! ¡Que si es qué los oímos! nos pueden llevar como el canto de las sirenas hacia un lugar sin retorno. Colores y sonidos irreales, oníricos. En nuestro descenso hacia el interior de la flor también la piel percibe la presencia mágica... Al principio solo es un cosquilleo y casi no nos damos cuenta incluso hasta agradecemos su presencia ya que nos ayudan a frenar y hacen  que hasta pensemos que podemos agarrarnos a ellos para no caer. Es engañoso, cuando nos vamos a dar cuenta ya no hay vuelta atrás. Las insignificantes protuberancias que en a la entrada nos ofrecían apoyo empiezan a crecer. Lo blanco se azula, el verde se matiza y desaparece , el suave rosado empieza a tintarse, sube de golpe y se detiene en seco. El esfuerzo lo transforma en púrpura. Es tan intenso el color que quema.
Todo ha empezado ahí en el estigma. Como un  potente  faro hace que nos dirijamos a él. No tenemos suficiente con admirar su equilibrada y armoniosa forma. Brilla, ha empezado por atrapar  el rocio de la mañana y con tan engañosos destellos sabe que no pasará desapercibido. Seremos presa fácil. Gigantescos estambres nos cubrirán con su polén nada más acercarnos. Ya no podremos desprendernos de la túnica  con la que quedamos envestidos al franquear tan mágico y bello lugar.  
Dicen que las azucenas son portadoras de magia blanca. No debemos privarnos de su presencia, como todas las flores nadan nos piden  en cambio son capaces de hacer que nuestros sentidos se mantengan despiertos.